Caminos del auga, Fuentes

Comienzo de la ruta: Porta do Camiño
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Agua de vida y abundancia, agua que transforma el granito en verdín. Fue este agua, tan presente en Santiago, la que ocupó gran parte de la labor femenina en Compostela hasta bien entrado el siglo XX. Sellas, baldes, calderos, jabón, viento y sol, los ríos Sar y Sarela, los riachuelos y las fuentes marcaban las horas, los días, las estaciones de este trabajo de las mujeres, siempre mal pagado, con enfermedades y dolores, frío y mojaduras, pero también con canciones, risas, diversión y fiesta. Así está recogido en las voces y en las huellas de su espacio y también en las numerosas fotografías de la época; mujeres jóvenes y viejas, siempre anónimas... Porteadoras y lavanderas llenaban Compostela de vida, de trabajo, y realizaban un circuito de reciclado perfecto: las casas recibían el agua limpio y la ropa pasada por el hierro, y las mujeres llevaban de vuelta ‘la lavadura’, las sobras de la comida que permitían alimentar a los animales de la cuadra. Labor callada, eficaz y sostenible, del infinito buen hacer femenino que hace falta reconocer y recuperar... Como dice M. Rivas en O lápis do carpinteiro

«Tendida ao clareo, cada peza 
de roupa conta unha historia» 

Esa historia le da ahora voz a las mujeres. 

Encarna Otero