Arquitectas y (des)igualdad en el panorama de la arquitectura contemporánea en Santiago de Compostela

11 de Enero de 2017
por: María Novas

El acceso de las mujeres arquitectas a la profesión ha ido evolucionando lentamente a lo largo del siglo XX; desde el primer tercio con la titulación de las primeras arquitectas y su presencia generalizada en las escuelas a partir de los años ’70 hasta la paridad aproximada entre alumnas y alumnos que existe en la actualidad. Sin embargo, no encontramos cifras equitativas en los colegios profesionales, donde aproximadamente tan solo un tercio de las personas adscritas son mujeres. Aun así, estas cifras distan de corresponderse con los porcentajes tan agravados que se evidencian en este estudio (86.2% - 19.2% - 0%) y que vienen a evidenciar, pese a los avances en algunos ámbitos, las grandes desigualdades existentes en función del género que sufren las personas que ejercen la arquitectura hoy en día.

Los datos muestran una amplia desigualdad en lo referente a la presencia, reconocimiento y visibilidad de las arquitectas que han trabajado en el panorama de la arquitectura contemporánea de la ciudad de Santiago de Compostela en los últimos 60 años, todavía a pesar de las 14 obras de arquitectura sumadas en los últimos 15 con al menos coautoría femenina, con las que aun así representan tan solo una quinta parte del total: 19.8% o 17 obras de al menos coautoría femenina frente a las 80.2% o 69 obras de autoría exclusivamente masculina.

Como dato digno de especial acentuación, insistir en el hecho de que a día de hoy todavía no existe absolutamente ninguna obra (0%) reconocida hecha exclusivamente por una mujer o colectivo de mujeres arquitectas mientras que, si es multitud, de manera abrumadora, el 80.2% de arquitectura reconocida hecha exclusivamente por hombres arquitectos en la ciudad.

Destacar además como esta pérdida o exclusión (la no presencia o reconocimiento del otro 50% del capital humano en el ámbito de la arquitectura), tiene serias consecuencias en la calidad de la arquitectura contemporánea, del mismo modo que no contribuye al fomento de una sociedad justa y equitativa.

En este sentido, este análisis de la situación real en la que nos encontramos, también en la ciudad de Santiago de Compostela, resulta clave en el objetivo de construir de la arquitectura y de los espacios de nuestras ciudades un futuro, definitivamente, en ámbito de igualdad.

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